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EN PRIMERA PERSONA
EN PRIMERA PERSONA

quel 30 de agosto comenzó como otro día cualquiera para Alejandro Torre, sin embargo, un despiste puso fin a su adicción: "Mi vida cambió para siempre en el momento que me olvidé las llaves dentro de casa". Ese pequeño detalle ha sido el mejor error que ha cometido Torre en sus 22 años de vida: “Tras perder todo el dinero que llevaba esa noche, decidí volver a casa. Cuando llegué me di cuenta que no llevaba las llaves conmigo, y tuve que ir al domicilio de mi hermano”. Apestaba a alcohol y presentaba

A

unas condiciones físicas denigrantes, por tanto, su hermano le acompañó para abrirle la puerta.

Al llegar a casa, su hermano, desconcertado, le preguntó si tenía algún problema con el juego, ya que, como la mayoría de ludópatas, su familia desconocía la enfermedad. “En ese momento parecía que se me habían abierto las puertas del cielo”, y la respuesta de Alejandro fue algo comedida: “Puede ser que tenga un pequeño problema con el juego”. Fue entonces cuando su familia le obligó a buscar una solución y juntos comenzaron a ver cual era la mejor alternativa para poner fin al “pequeño problema”. El 4 de septiembre Alejandro ingresaba en la Asociación Malagueña de Jugadores en Rehabilitación (Amalajer).

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“Antes de conocer la existencia de una asociación creía que solo existían tres salidas a mi problema: al manicomio, a la cárcel o a un tiro en la cabeza”. Afirma que entró en la entidad con la esperanza de aguantar un par de meses, para así contentar a su familia, y luego lo dejaría. Por suerte, sus predicciones no se cumplieron y hoy no puede pasar un solo día sin ir a Amalajer.

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El problema de este joven con el juego comenzó cuando aún era menor de edad, a los 16 años. Tristemente esta es una situación muy habitual en España, cada vez se ven más jóvenes y menores de edad en los salones de juego. 

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Mi vida cambió para siempre en el momento que olvidé
las llaves dentro de casa

Alejandro comenzó a pasar cada vez más horas en los salones de juegos. Los problemas empezaron a acumularse durante la adolescencia, falleció su mejor amiga y su madre contrajo una dura enfermedad, todos estos reveses del destino le empujaron a encerrarse en salones de juego ya que, según su testimonio: “Era una forma de evadirme de la realidad y no afrontar los problemas por los que estaba pasando”. Pero cuando se le acababa el dinero, volvía a estar solo y sin ningún sitio a donde ir. En esos instantes eran cuando empezaban los verdaderos problemas: peleas, borracheras, mala juntera y usureros (personas que hacen la función de prestamista dentro del salón de juego).

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Durante la adolescencia y los primeros años de mayoría de edad, la cantidad de dinero que jugaba fue ascendiendo: “el juego es una adicción progresiva. Nadie se hace jugador de un día para otro. Todo va poco a poco. Yo empecé apostando 10 euros en una máquina y a los 18 años ya apostaba entre 500 y 1000 euros diarios. Ya no me bastaba con matar el gusanillo echándole un par de billetes. Me habían tocado premios muy suculentos y pensaba que siempre me iba a ocurrir, pero la suerte no dura para siempre”.

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Esta nueva situación fue insostenible para un joven de apenas 20 años. Fue entonces cuando decidió marcharse de casa de su madre, según él, para pudrirse en soledad: “me independicé pensando que era lo mejor para todos. La situación en casa con mi madre era desastrosa. Principalmente, debido a mis cambios de humor y a las noches que he pasado fuera, con todos los problemas que traía casa. Sabía perfectamente el daño que le estaba causando mi familia y, sin embargo, seguía haciéndolo. No es que no tuviera sentimientos, es que el juego no me deja ver más allá”.

 

Ahora ha decidido dar la cara: “si le tengo que contar a la gente mi problema se lo cuento. Yo no he matado a nadie, simplemente tengo una enfermedad que me provocó la pérdida de mi libertad. Por ello, no me escondo ahora ante nadie. Si no tenía vergüenza para entrar a un salón de juegos, no la voy a tener ahora para contar todo lo que he hecho. Pienso que si mi testimonio sirve para ayudar a alguien con problemas, ha merecido la pena contarlo. Ahora vivo por y para ello”.

Yo no he matado a nadie, simplemente tengo
una enfermedad que me provoca la pérdida de mi libertad.
Por ello, no me escondo ahora ante nadie
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Menores en el juego

Fuente de imagen: ISTOCK

DEL COLEGIO
AL SALÓN
DE JUEGOS
DEL COLEGIO
AL SALÓN
DE JUEGOS

Alejandro comenzó a entrar en salones de juego con apenas 16 años. Un amigo, algo mayor que él, le enseñó la suma sustancial de dinero que había ganado gracias a la ruleta y, Alejandro que creía en el mito del dinero fácil y rápido, no pudo contener sus ganas de descubrir esa misteriosa fórmula.

 

El primer día perdió todo lo que apostó, aun así, se enganchó rápidamente. Cada día, después del instituto iba a casa para comer y salía corriendo inmediatamente hacia los salones de su barrio en Los Boliches (Fuengirola).

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“En aquellos tiempos éramos muy pocos los menores que entrabamos a un salón de juego. Aun así, tengo que afirmar que nos juntábamos unos cuantos en los salones de Fuengirola”. Con el paso del tiempo, cada vez era más habitual para él ver a chicos muy jóvenes y, sobre todo, menores, entrar y jugar en las máquinas recreativas.

 

 

No nos piden el DNI para entrar
en los salones de juego

Miguel, nombre ficticio para proteger su identidad, tiene 17 años y nos confiesa que nunca ha tenido problemas para acceder a las apuestas deportivas: “no nos piden el DNI para entrar a los salones y en internet podemos introducir el DNI de nuestros padres y nadie se entera”.

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Debido al gran crecimiento de menores que desarrollan esta adicción, en Amalajer han tenido que crear nuevas terapias para solventar este problema: "Al ser menores de edad no pueden entrar a las terapias de grupo con los mayores. En su momento cuando había suficientes se crearon grupos de menores que los llevaban los profesionales, es decir, los psicólogos del centro. Todo esto obviamente con el consentimiento firmado de los padres" afirma Fernando Díez, psicólogo de Amalajer.

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El motivo por el que no se cuenta con la terapia para menores no se debe al bajo número de menores, sino que "por circunstancias de estudio y horario, es muy difícil coincidirlos a todos y los grupos estarían demasiado dispersos. Por ello, se hacen sesiones individuales cada 7 o 15 días con los psicólogos".

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Fernando Díez, psicólogo de Amalajer

Al ser menores de edad no pueden entrar en las terapias de grupo con los mayores

En Radio Marca se emite un programa dedicado únicamente a las apuestas deportivas, llamado Free Bet. Desde el equipo afirman que "el programa se emite de madrugada para respetar la franja de protección al menor". Sin embargo, al día siguiente publican el programa en formato podcast y aseguran que "las apuestas deportivas interesan, de hecho el programa ha estado siempre situado entre los podcast más escuchados de la radio".

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INVASIVA
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En la nueva vida de Alejandro no hay cabida para el juego. Pero el azar sigue llamando cada día a su puerta, y a la de todos los españoles, en forma de publicidad. “Cada día veo una infinidad de anuncios sobre distintos juegos de azar, sin embargo, no veo anuncios preventivos, en el cual nos informen sobre a lo que te puede llegar a impulsar el juego” lamenta Alejandro. Considera que cada anuncio que se emite sobre el juego es una propaganda a una enfermedad.

 

En la misma línea, José Luis Campos, publicista, explica que el primer paso en el ámbito publicitario es realizar una campaña de educación a la sociedad: “Se debe desmontar el mito del dinero fácil y del beneficio al mínimo esfuerzo a través de una fuerte campaña de concienciación. Vivimos en la época de generar mucho beneficio en corto tiempo, lo que conduce al auge de las casas de apuestas, loterías y sorteos, que pretenden engañar a la gente. Este tipo de publicidad es una de las publicidades más tóxicas que se emite ahora mismo”.

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José Luis Campos, publicista

Es una de las publicidades más tóxicas que se emite ahora mismo

Algunas televisiones públicas autonómicas, como Telemadrid o Euskal Telebista, han anunciado que van a retirar la publicidad sobre el juego. Lola García, presidenta de FACUA Málaga, aplaude la decisión. Sin embargo, cree que se trata casi de una medida simbólica porque las televisiones estatales privadas son las que emiten la mayor parte de estos anuncios, sin límites ni restricciones. 

Anuncios publicitarios en todos los soportes en España (2013-2017)

Fuente: Infoadex

Cada vez es más habitual que en estos anuncios aparezcan rostros conocidos. La industria del juego contrata a famosos para dar mayor repercusión a sus productos, en especial en el caso de las apuestas deportivas, donde los más jóvenes ven a sus ídolos promocionando productos altamente adictivos. 

Famosos en la publicidad de casas de apuestas españolas
Salones de juego
PROLIFERACIÓN
DE LOS SALONES
DE JUEGO
PROLIFERACIÓN
DE LOS SALONES
DE JUEGO

Alejandro encontraba salones de juego con facilidad. En España, el número de locales dedicados al alzar se ha incrementado de manera notable en los últimos años. El incremento de este tipo de establecimientos es debido, en mayor medida, a la apertura de locales de apuestas deportivas. 

 

En la actualidad hay registrados más de 90 salones de juego en Málaga capital, según los datos de Empresite. Lola García, presidenta de FACUA Málaga bromea: "Hay tantos locales relacionados con los juegos de azar que algún día vamos a entrar queramos o no, por obligación o por equivocación". 

Salones de juego en Málaga capital (2019)

Fuente: Empresite

EL JUEGO
EN LÍNEA
EL JUEGO
EN LÍNEA
Juego en línea

Alejandro también estaba enganchado al juego online: “me pasaba horas y horas jugando a los casinos de internet. Me he llegado a tirar más de 18 horas delante del ordenador. Supongo que el anonimato que se crea cuando nadie te está viendo es muy peligroso. El jugar desde casa me destruyó por completo. Ya no dormía, ni comía y tampoco vivía". 

 

Esta nueva situación fue insostenible para un joven de apenas 20 años. Fue entonces cuando decidió marcharse de casa de su madre, según él, para pudrirse en soledad: “Me independicé pensando que era lo mejor para todos. La situación en casa con mi madre era desastrosa. Principalmente, debido a mis cambios de humor y a las noches que he pasado fuera, con todos los problemas que traía a casa. Sabía perfectamente el daño que le estaba causando a mi familia y, sin embargo, seguía haciéndolo. No es que no tuviera sentimientos, es que el juego no me dejaba ver más allá”.

 

En la actualidad se ha dado un paso más allá y los juegos de azar se han colado todos los bolsillos. Lola García, presidenta de FACUA Málaga, lamenta que en ahora el mundo dispone de una máquina del azar en su bolsillo, lo que permite jugar en cualquier momento y lugar.

Evolución de los jugadores y las cuentas online en España (2014 - 2018)

Fuente: Ministerio de Hacienda

Una partida sin acabar
Una partida sin acabar

Aquello que Alejandro utilizó para no pensar en sus problemas se convirtió en el peor de ellos. Tenía más problemas que antes por evadirse de la realidad, y encima no podía parar de jugar. “Solo Dios sabe las veces que juré y perjuré que no volvería a caer. Cuántas veces me dije a mí mismo esta es la última vez, ya no vuelvo a jugar. Pero ni un día me duraba”.

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Las pérdidas no solo fueron materiales: su relación de pareja se rompió, desapareció casi todo el vínculo con su hermano. Con su madre era lo justo y necesario, ya que durante casi toda su adicción convivía con ella. Ahora es un joven renovado que intenta cambiar los malos errores que ha cometido en su vida, pero, por encima de ello, sus esfuerzos se centran en cambiar la situación de todos aquellos que pasan por lo que él ha pasado.

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Alejandro ha dejado de jugar una última partida infinita, para jugar otra bien distinta. Solo por hoy no bebe, solo por hoy no miente y solo por hoy no juega. Este es el método que sigue Amalajer para rehabilitar a los jugadores, hacen que vivan de 24 horas en 24 horas. Así es un poco más fácil para ellos dejar de jugar, si se esfuerzan en conseguirlo día a día, sin mirar atrás. Alejandro no lleva nueves meses sin jugar. Aunque gracias a este método ha conseguido dejar de apostar su salud en los últimos nueves meses, lo que para él fueron los últimos cinco años de su vida.

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Esta partida no tiene final, cuando pasen los dos años que dura el tratamiento Alejandro quiere seguir en la asociación para ayudar a otras personas que pasan por esta enfermedad: "seguiré dando la cara para ayudar a los demás y, sobre todo, para cambiar la situación que atraviesa nuestro país". "No pienso volver a apostar porque perdería más que dinero, ya que cuando juego, no lo hago solo a nivel monetario, me juego mi vida y mi salud, y la de todos mis familiares."

 

Solo el futuro conocerá si gana esta partida, pero de momento sigue acumulando fichas para ganarla.

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